Mirando a Dios, que «es misericordioso» con todos sus hijos, Francisco aprende a mirar con otros ojos a todos los hombres, a cada persona concreta. Su capacidad de diálogo con los hombres y con las mujeres, con los ricos y con los pobres, con los «ladrones» y con los marginados, con los cristianos y con los musulmanes, es un ejemplo y una provocación para todos nosotros.
A partir del descubrimiento de Dios, Francisco recibe, igualmente, ojos nuevos para ver la creación que lo rodea, para entenderla como un don que Dios nos ha confiado y no como un instrumento que hay que usar o un recurso que hay que explotar.
Te regalamos un video que fué creado también con motivo de los 800 años de fundación de la Orden.
http://www.youtube.com/watch?v=fDu4pXVKS3s
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